Marivaux explora una vez más la dicotomía del ser y el parecer, para demostrar que solo el amor deja al desnudo el ser humano, dignificando al enamorado, y relegando a la máscara y a la soledad al “insensible”.
En «El malentendido» la apariencia idéntica de dos hermanas no confunde al enamorado Ergasto, que escoge guiándose por el corazón y no por los ojos; en «El petimetre corregido» los afanes de los sirvientes y el amor por Hortensia enfrentará al protagonista a su propio reflejo y le impulsará a despojarse de sus formas mundanas y afectadas.
Dos comedias en las que el amor desvela lo mejor que llevamos dentro y se manifiesta como la mejor esperanza de salvación de la humanidad.